“Cuando esa luz llega, el paisaje escucha
Y la sombra no palpita.”
Emily Dickinson
¿Cómo esa herida se ocultaba?
Cincuenta días sangró las ropas
Nadie podía verlas teñirse
¿Cómo era su ahorcado hilo?
Atorado entre vino y cenizas
Corría aún contra el cinturón
¿Cómo era el laberinto a ella?
Tan umbroso que invisible
Palidez de lluvia su paisaje
¿Cómo demoró tanto el cuerpo
Una antorcha para ver su raíz?
La más doliente en despojos
Elevo
la copla de mi carne
Sólo el monte compartía el temblor
Sólo el árbol saboreaba su lágrima
Esos cantos vendaron a mi hija
¿Cómo no la entibié con mi fuego?
Si bebían ávidos de su corriente
los verdugos atados en la sombra
Si nacían fuera de sus surcos
Máscaras agrietadas por el óxido
Y no lavé ese dolor en mis aguas
¿Cómo lastima otro día más la llaga?
Incrustada como el daño de los bosques
Donde camino enlutada hacia mi muerte
Elevo
la copla de mi sangre
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