miércoles, 10 de agosto de 2016

sótano

trabada en las casillas de la historia personal
canales que gotean detenidos por lineas subterráneas
a veces mas que elongar y respirar en posición yogui
lo que clama mi espíritu es bajar al sótano y fluir

Hay rabias tercas,
mi amor
yo no sabía aceptar que podía ser doble
ni yo, ni él ni el otro
la volátil, el imposible y el fiero guardián
una cláusula que nunca dijeron
si mi corazón es tan grande que caben muchas embarcaciones
en su orilla, si mi amor es de soltar anclas

El viaje por supuesto
pospuesto hasta el laberinto
que me llevó a la gestación de Aurora
elevadora de miradas por sobre las columnas
del edificio roto donde estaban creándose mis cadenas

Viajar, soltar, sentir que la aventura
no es la prostitución de mi espíritu en el carpe diem
es la dedicación absoluta a estar despierta, atenta, guardiana, contenta
Redefinir lo que aprendí, de lo vagabundo, ligero, profundo, espiritual
que son tesoros, que no son guaipes con que limpiar los carros de la opulencia
que son portales de intenso aprender la propia medida, como amar,
viajar, extender los planos
recorrer lo que desconoces con la sensación de un recién nacido, detalles que grabar en los dedos, el olfato, en la apertura de cada sentido...

Rabia otra vez
qué triste es su máscara
enojada porque yerra
porque sus amantes
ni si quiera la conquistan
ella sola los inventa, a la medida de su ilusión
la fuerza sublime de su imaginación los envuelve
y se atrapa en sus plasticinas de colores
inevitablemente aplastadas por la realidad
pero flexibles
por lo tanto reflotables
decoloradas, pero aun de pie
ilusas
falsas
se enoja
al final
final
final
cuando se da cuenta
que en todas esas historias
nunca se amó a ella
nunca la amaron tampoco
las máscaras
se tomaron la película
el ego
dirigió las escenas
la lágrima por fin encontró su cauce

Ama
Ama a
Mamá
Aurora
obliga la sensibilidad a ser fiel
a una sobre todas y todos
antes que a la historia enmarañada que dibuja flechas en mi espalda
como crucificando la intención de ser libre
antes que a fantasmas que no saben tampoco amar

Sexo
qué pasa
me frustra
es como los hombres
mientras más lo quieres
más se esconden
Yo soy una cazadora
la cordillera de los andes ruge su vulcanismo en mis huesos
quiero sorber de labios cálidos un licor de ensueño
sentir la sensualidad engrosando mi piel de tanta palpación
comprobar que la desnudez es el estado natural
lo más cerca a un abrasador encuentro
intensa

con quién

buena pregunta
elijo el más difícil
me gustan los desafíos
por eso la cacería se tarda
y en la impaciencia boto por error
una máscara y me descubre un demonio
que viaja acechando las cazadoras más arrojadas

me han hecho pedazos
me han roto el corazón
me han quitado la auto estima
me han robado
me han estafado
me han sodomizado
me han estupidizado con drogas

y aquí estoy
acechando el tropiezo
que no volveré a cometer
cazando el comienzo de una historia de amor
con mi más fiel compañera
Anima
Alma
Llanto que corre por la ceguera del día a día
llanto que sana esas heridas de mujer fuera de carril
dentro de su ley ciega

soy sobreviviente
no víctima
soy madre de mi resiliencia
madre de la Aurora de mi descendencia
madre del amor que me sienta en mi centro
madre del amor que un compañer@ podría conocer
o no
aún no veo el futuro
y me se herida en este camino de malezas tupidas

un animal me fue develado
mi nagual, mi tótem, mi fuerza terrenal
su madre seré también antes de volver a la tierra
antes de saltar los abismos dimensionales fuera de este plano.




1 comentario:

Unknown dijo...

Hola Javiera. Te conocí a través de una antología hecha por Mario Contreras Vega, a través de alquimia y oximorón. Tu poesía fue de lo que más me gustó. Vives en Chiloé. Dónde? Yo llegué hace unos meses a Castro. También me dedico a la poesía. Un saludo. Espero conocerte.